En 2021 se puso en marcha por primera vez esta línea de subvenciones singularizada. Las ayudas están destinadas a proteger y salvar vidas de poblaciones en situación de crisis aguda o crónica; prevenir y aliviar el sufrimiento humano; atender las necesidades básicas inmediatas de dichas poblaciones, y promover sus derechos, desde un enfoque basado en la reducción de la vulnerabilidad y el fortalecimiento de las capacidades y la resiliencia.

Además de las acciones que garanticen la subsistencia inmediata, también puede incluir otras que contribuyan a frenar la descomposición del tejido económico y social, así como a sentar las bases para la rehabilitación y el desarrollo futuro mediante acciones orientadas a la rehabilitación post-crisis a corto plazo, y a la preparación ante posibles crisis.

Las intervenciones de acción humanitaria deben regirse por los principios humanitarios de humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia. Se consideran elementos esenciales de la acción humanitaria la participación de las pobla¬ciones afectadas, la calidad de la ayuda, la eficiencia, la transparencia, la rendición de cuentas y el enfoque de género.